Una característica única que hace que FairCoin sea diferente del resto de criptomonedas es su crecimiento estable. Esto no es accidental, sino producto del trabajo de todas las comunidades del ecosistema, que desean beneficiarse de la tecnología blockchain pero de forma que los avances se produzcan de una manera acorde con aquellos valores éticos que defendemos, como la sostenibilidad.
Esto se suma a la naturaleza única de la moneda, ya que no es simplemente un proyecto pensado para financiar una nueva idea de negocio. Por el contrario, la moneda es sólo una herramienta más entre otras, una expresión de una visión más amplia del mundo y de las conexiones prácticas que se están haciendo entre las cooperativas solidarias de los cinco continentes.
La moneda no es una solución mágica definitiva a los problemas sociales, sino una poderosa herramienta para ayudarnos a conectarnos de una forma práctica sin límites de fronteras. Así, como los colectivos que usan la moneda no tienen ansias especulación y no quieren promover o apoyar una visión tan crematística (en palabras de Aristóteles), la estabilidad del precio es un valor ético que se refleja en la realidad.
A largo plazo, dicho equilibrio es realmente más útil en todos los sentidos del término, dado que la estabilidad contribuye a que los comerciantes y otras personas usen la moneda sabiendo que su valor permanecera estable al menos durante un mes, a diferencia de lo que ocurre con el resto de criptomonedas, que están sometidas a salvajes fluctuaciones.
Esto se logra a través de interesantes prácticas que tienen sus paralelismos en muchas instituciones financieras de mayor envergadura. Por ejemplo:
- Un tope máximo muy razonable para los pedidos online para evitar la especulación a gran escala
- Un tiempo de confirmación para las órdenes online que impide situaciones de "pump and dump" de comerciantes que manipulen los precios con pequeños cambios con los que obtener ventajas rápidas
- Y, sobre todo, una insistencia en las conexiones reales establecidas a través de los nodos locales, basadas en la afinidad política y ética, asegurando que lo que se está creando no es un rebaño atomizado en busca del beneficio, sino un gran colectivo político.
Esto conecta más la moneda con proyectos prácticos, reales; con las necesidades de la vida diaria. No se queda en números digitales abstractos para la especulación monetaria. El resultado es un crecimiento lento pero estable, que domina el estado salvaje del mercado y deja espacio para la iniciativa y la elección individuales.
Esta realidad de la afinidad política se demuestra aún más allá por el hecho de que el precio de venta oficial que figura en getfaircoin.net se gestiona a través de asambleas democráticas online, abiertas a cualquier persona interesada en participar en el ecosistema, proporcionando así un modelo práctico para gestionar flujos económicos importantes y su crecimiento de una forma horizontal y transparente.
La Troika y el sistema bancario oficial son artefactos históricos.
Pasando de una simple negativa a tratar con los asuntos monetarios, también tenemos que aceptar que necesitamos crear y gestionar el futuro mucho mejor de lo que se está haciendo en el mundo en colapso actual. El lento aumento del precio de FairCoin, de manera democrática, es prueba de que la gente corriente puede manejar sus propios asuntos económicos, sus propias necesidades financieras, de un modo no especulativo y mutuamente beneficioso.
Esta es la respuesta más práctica a los dogmas neoliberales de austeridad. Un ejemplo concreto es que la gente no necesita los términos usureros ni los dictados autoritarios de la Troika y del sistema bancario oficial. Por el contrario, trabajando duro, hoy pueden crear un mundo mejor y probar que esas instituciones opresoras no son necesarias, son artefactos históricos que ya no sirven para ningún propósito real.